viernes, 10 de agosto de 2018

EL GATO Y LOS RATONES

Había una vez un gato, que enterado que en un viejo caserón de la vecindad abundaban los ratones, se trasladó a él, pensando en darse un gran banquete con esos animalitos. Efectivamente, les iba poniendo trampas, uno por uno se los iba comiendo, los ratones, atemorizados, cada vez se iban internando más y más en sus ratoneras y no se animaban a salir ni para tomar un poco de aire fresco.El gato viendo que no podía seguir dándoles caza a los ratones, pensó tenderles una trampa, para que aparecieran. Entonces, subiéndose a una viga de madera que cruzaba el alto techo del caserón, se colgó de ella, haciéndose el muerto.Luego sucedió, que uno de los infelices roedores, al no oír ningún ruido, pensó: ¿se habrá muerto el gato? Asomó su cabeza y, viéndolo colgado al pérfido felino, les dijo a sus amigos que salieran para volver a vivir en paz, en ello el felino al ver que los roedores habían caído en su trampa, se descolgó de la viga y fue a perseguirlos. Los ratones se vieron atrapados en un callejón sin salida, intentaron e intentaron encontrar un hueco por donde huir pero no lo consiguieron, el felino con una mirada perversa en sus ojos, miro uno por uno a cada roedor, fue a cazarlos felizmente, y se los iba comiendo lentamente, cuando se iba a comer, el ultimo roedor le propuso un tratado de paz un poco retorcido….
 -¿Qué te parece si yo te ayudo a cazar roedores? Y me dejas en paz.

-Me parece, pero si rompes ese trato yo seré el que te mate.Así el roedor y el felino vivieron en paz y armonía, se rumorea que el gato se cansó del roedor y lo traiciono, el felino definitivamente fue un traidor, pero el roedor nunca debió confiar en él.


                                                                 FIN


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